El piloto de la Fórmula 1 Kimi Antonelli llevó a Imola a sus compañeros del colegio
El joven de 18 años, quien corre para Mercedes, aprovechó el Gran Premio que se realiza en su país e invitó a sus amigos de la escuela.
En medio del ruido de los motores y la expectativa por una nueva edición del Gran Premio de Emilia-Romagna, una escena distinta llamó la atención en el paddock de Mercedes: rodeado de mochilas, risas y celulares, Kimi Antonelli apareció acompañado por un grupo de estudiantes. Se trataba de sus propios compañeros del colegio, a quienes decidió invitar para mostrarles desde adentro el universo que vive cada fin de semana de carrera.
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“Como no puedo ir con ellos de excursión en el colegio, pensé en traerlos al circuito este fin de semana”, explicó el joven de Bologna, que a sus 18 años se encuentra en plena transición hacia la Fórmula 1.
El vínculo con el estudio no quedó relegado por su carrera deportiva. Aunque los entrenamientos y compromisos lo mantienen lejos del aula, Antonelli continúa rindiendo como alumno del Instituto Técnico Salvemini. “No puedo asistir a la escuela, pero estoy tratando de estudiar todo lo que puedo en los ratos libres”, confesó y aseguró que su familia insiste en que no deje de lado los libros.
Mercedes también se sumó al gesto, abriendo sus puertas para que los 25 alumnos y dos profesores pudieran conocer desde cerca el detrás de escena de una escudería de primer nivel. “Esto es bueno para que vean con sus ojos este mundo que están acostumbrados a ver por TV, pero no saben qué pasa detrás”, agregó el piloto, mientras sus invitados recorrían boxes y charlaban con ingenieros.
La cita en Imola tiene un significado especial para Antonelli, que correrá por primera vez frente a sus seguidores locales. La cercanía con su ciudad natal convierte al circuito en una especie de patio trasero, y así lo siente. “Es mi propia carrera de casa... Ojalá haya más banderas de Antonelli que de Ferrari”, expresó el sexto en la tabla de posiciones del Campeonato.
“¿Si mi papá sueña con un podio mío acá? Habría que preguntarle qué opina... No hablamos de eso porque somos una familia supersticiosa”, comentó entre risas. Más allá de los resultados deportivos, su figura representa un nuevo perfil de piloto, capaz de combinar la exigencia técnica con una vida social activa y el compromiso académico. Lo que vive en Imola fue una prueba de esa doble faceta, que no siempre se ve en el ambiente competitivo de la Fórmula 1.
En medio de todo, también se hizo tiempo para alentar a su equipo de fútbol. “Muy contento, forza Bologna, siempre”, dijo sobre la victoria en la Copa Italia ante Milan el pasado miércoles.
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